miércoles, 21 de diciembre de 2011

Querido Rey Melchor

Mi querido Rey Mago Melchor,
Aquí me tienes, como cada año por estas fechas. Sé que este año lo tienes más difícil que otros años porque la crisis también te ha llegado, aunque vengas de Oriente, pero sé que siempre haces muy bien tu trabajo y no me resisto a enviarte mi anual carta.
No es fácil atender a tantas y tantas peticiones que te hacemos todos a la vez y sin darte nada a cambio, sobre todo cuando cada vez las necesidades son mayores y tu presupuesto cada vez más ajustado. Para que no pienses que te pasa solo a ti, te diré que tus parientes del Palacio de la Zarzuela han tenido que recortar su presupuesto un 30% para el próximo año y además con los disgustos familiares no están pasando por su mejor momento.
Me doy cuenta que precisamente ahora no es fácil ser un líder como tú. No sé por qué, pero te toca siempre ir delante de Gaspar y de Baltasar, tus siempre fieles seguidores y colegas de profesión. Es innegable que te correponde a ti asumir la mayor responsabilidad y, tal y como están las cosas, liderar un proyecto tan importante como el tuyo es cosa de valientes. Y necesitamos que sea así, que ejerzas tu reinado y tu magia y que además aciertes en tu labor. Tienes muy poco tiempo para hacerlo y todos queremos que nos atiendas en nuestras peticiones de inmediato, lo que no facilita precisamente tu labor.
Resulta que me han dicho que algunos de los pajes que siempre te acompañaban no han podido hacerlo este año debido a que el coste de su desplazamiento, manuntención y alojamiento superaba tus previsiones. Ha tenido que ser muy duro para ti desprenderte, quién sabe si de forma definitiva, de tan buenos y leales colaboradores, tras tantos años de abnegado esfuerzo a tu lado. No pierdas el ánimo ni por un momento, porque más pronto que tarde tus buenos pajes encontrarán sitio en palacios quizá más humildes, pero igual de buenos, donde podrán seguir desarrollando su importante labor.
Tienes mucho por hacer, poco tiempo para hacerlo y menos medios que los que solías tener no hace tantos siglos, pero sé que lo harás bien. Otras veces lo has hecho y no siempre lo has tenido fácil y eso me da mucha confianza en que una vez más consigas alegrarnos en algún aspecto de nuestra vida. Pero no podrás hacerlo solo. Vas a necesitar mucha colaboración de todos y de todo tipo. Y ahí tienes la mía: no me regales nada este año y destina lo que pensabas darme a ayudar a que otros levanten la cabeza y el ánimo.
Porque necesitamos mejorar con el esfuerzo de todos y has de contar con que renunciemos a tus regalos de este año para que pueda haber regalos para todos el año que viene.
Por último y para variar quiero ser yo quien te regale mi ánimo, mis ganas de cambiar las cosas en la buena dirección y mi disposición a hacer más por menos. Me gustaría que en la carta que te mande el año que viene te pueda contar que ha merecido la pena y que gracias a tu altruista labor has ayudado a mucha gente a mejorar y salir adelante con tus generosos regalos.
Gracias, Melchor.

1 comentario:

  1. Deja de hacerle la pelota a Melchor. No, no te va a traer la bici.

    (jijijiji)

    ResponderEliminar