Me pregunto cómo será la
Constitución de dentro de 200 años. El día del padre siempre es un día especial,
pero este año ha tenido un valor añadido. Recordábamos lo que hace nada menos
que 200 años sucedía en España, celebrando la que fue la primera Constitución
considerada democrática en nuestro país: La Pepa.
Como si hubiéramos estado
entonces en Cádiz, hasta nos hemos atrevido a compararla con la Constitución
actual, pero hay que tener en cuenta cómo era la sociedad de aquel momento para
poder juzgarla como merece. La Pepa pretendía salir del llamado Antiguo
Régimen, manteniendo eso sí la figura del Rey, pero que luego les salió rana.
Justo al revés de lo que pasa en los cuentos cuando se besa al sapo para
convertirlo en príncipe.
En la historia han existido
siempre monarcas y jerarcas con mayor o menor poder en sus distintas
denominaciones: Rey, Emperador, Zar, César, Führer, Caudillo, Faraón, Papa,… y
hasta Presidente de la comunidad de vecinos. Pero aunque estemos ahora
acostumbrados a regímenes democráticos, lo cierto es que la participación
ciudadana en las decisiones de los países es un invento moderno porque,
salvando ejemplos atípicos como la Grecia Antigua, lo más habitual en la
historia ha sido el absolutismo. Me pregunto si dentro de otros 200 años
habremos avanzado hacia una mayor democracia o pesará más la recalcitrante
historia.
¿Qué pensarían los españolitos de
1812 sobre nuestra actual Constitución? Seguro que desde su mentalidad no todo
les parecerían avances y probablemente muchos Artículos de la Constitución de
1978 les escandalizarían. Por la misma
razón, si fuéramos capaces ahora de adivinar cómo será la Constitución de 2212,
muchos aspectos de la misma, sin duda, también a nosotros nos sorprenderían.
Para los ciudadanos de dentro de dos siglos, nosotros también somos un “Antiguo
Régimen”.
La literatura nos ha obsequiado
con auténticos visionarios que han ayudado a imaginar el futuro en cada
momento. Poco después de La Pepa, en 1828, nacía Julio Verne que casi merece la
categoría de adivino. Y en nuestros días Isaac Asimov, que nos dejó en 1992,
fue un auténtico adelantado a su tiempo escribiendo sobre innovaciones
difíciles de imaginar cuando escribió sobre ellas, pero que ahora vemos con
total normalidad, como Internet (Multivac), robótica avanzada, vehículos
dirigidos por ordenador y tantos otros avances tecnológicos.
Pero, ¿qué elementos serán claves
para definir nuestro futuro dentro de 200 años?. Quizá tendrán mucho que ver
con aspectos como la planificación, el control y la centralización del poder,
el aprovechamiento energético, la vida en el espacio o en el fondo marino,
avances genéticos y fecundación dirigida, preparados alimentarios, ampliación
de la expectativa de vida y de trabajo o los viajes virtuales en el lugar y en
el tiempo.
¿Nos podríamos atrever a imaginar
las leyes de dentro de 200 años aunque algunos aspectos nos resulten ahora
incómodos o nos produzcan incluso rechazo desde nuestro actual punto de vista?.
Algunas cosas cambiarán y otras seguirán más o menos igual, pero quién sabe si
eligiendo 10 Artículos de la futura
Constitución de 2212 podrían decir algo así como:
Art 1 Todos los habitantes humanos del planeta y mundos exteriores
tendrán los mismos derechos y deberes.
Art 2 El derecho a la vida y a la muerte de las personas se
decidirá por consenso del Consejo Universal de Vida y de Muerte.
Art 3 La propiedad y el uso de bienes se respetará exclusivamente
para su utilización en el momento que sea beneficioso para el bien común.
Art 4 La energía se producirá en función de necesidades previamente
previstas, sin poner en riesgo la sostenibilidad del planeta y de las
estaciones y planetas habitados.
Art 5 La evolución de las especies se preservará en base al Plan
Evolutivo Universal, eliminando individuos excedentes y generando otros más
evolucionados.
Art 6 El trabajo será un derecho para quien desee ejercerlo y una
obligación para quienes tengan a su cargo servicios esenciales para la
comunidad mundial, sin poner en riesgo el equilibrio productivo asistido, realizado
por los ciborgs en base al Plan de
Producción Universal.
Art 7 Las Comunidades Independientes podrán vivir en los lugares
asignados para ello, siendo voluntaria su pertenencia a unas u otras, y tendrán
un funcionamiento aparte de la Comunidad Universal, sin participar en sus
beneficios ni pérdidas, tampoco en las obligaciones ni derechos de la misma, disponiendo
de autosuficiencia total en su régimen productivo.
Art 8 Los conflictos entre Comunidades Independientes o entre éstas
y la Comunidad Universal se resolverán mediante veredicto del Ordenador Universal,
estando prohibido el uso de cualquier tipo de violencia para resolver las
discrepancias.
Art 9 Cualquier ciudadano
podrá solicitar voluntariamente participar en un proceso de congelación-estabilización-criogenización,
en modo individual o en grupo, para ser nuevamente operativo en el año que decida
dentro de los siguientes 200 años o cuando los recursos universales lo
permitan.
Art 10 Cualquier ciudadano podrá incumplir cualquiera de los
Artículos de la presente Constitución, siempre que lo haga voluntariamente y no
ponga en riesgo ni perjudique al resto de ciudadanos actuales o futuros.
Aunque lo más probable sin duda,
es que la Constitución de 2212 no se parezca en nada a estos artículos, no está
de más que desde ahora empecemos ya a redactarlos, porque con lo lenta que es
la burocracia, quizá no lleguemos a tiempo.
Y ya sabemos que como asegura el
dicho popular: “dentro de 100 (o 200) años…. todos calvos”.
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