lunes, 21 de noviembre de 2011

Estrategia Española de Empleo 2012-2014

Recien horneada. La encontramos como sin querer en medio del BOE justo un día antes de unas Elecciones Generales que se supone cambiarán el rumbo del país. Y es que nuestro país tiene mucho que hacer, porque lo que es hablar, lo ha hecho ya y muy claramente.
Y está diciendo a gritos que lo primero es hacer posible lo imposible: generar empleo para los millones de personas que ya no lo tienen y no permitir que otros tantos millones lo pierdan en un plazo más breve del que quisieran.
Que se publique justo un sábado previo a un domingo electoral un documento que se denomina "Estrategia Española para el Empleo 2012-2014" nos puede hacer pensar que el país tiene ya claro qué pasos dar para conseguir tal loado y loable objetivo.

Pero ahora surge la duda de si es coherente que en plena crisis de empleo (y de todo lo demás) sea precisamente el Gobierno saliente quien en un acto póstumo diseñe el camino a andar en esta materia, el empleo nada menos, para los próximos tres años. Lo hace con un documento de 90 páginas donde reúne muchos de los quebraderos de cabeza que han traído de ídem a los Servicios Públicos de Empleo del país en los últimos tiempos. Pero como tal "Estrategia" no entra en detalles, sino en relacionar un amplio abanico de posibles actuaciones que se supone van a mejorar la tan maltrecha situación de empleo de nuestro país.
Pero, ¿de verdad pensamos que va a ser así?. ¿En serio pensamos que una serie de políticas activas de empleo van a mejorar realmente el trabajo en España?. Seamos sinceros: la condición puede ser necesaria pero no suficiente.
Solemos encontrar cada vez más a menudo en prensa económica especializada términos que empiezan a ser de uso común entre los trabajadores que nunca pensaron tener que buscar empleo: orientación profesional, formación para el empleo, ayudas a la contratación, programas de apoyo público al empleo, agencias de colocación, itinerarios de inserción laboral...... diseñados en su mayoría en épocas de bonanza económica para convertir desempleados en trabajadores preparados para los futuribles nuevos puestos de trabajo. Todos esos términos y muchos más son expuestos para dar sentido a la Estrategia. Pero como tal, debe ahondar en los objetivos que como país nos marcamos como retos a futuro en materia de empleo. Y ahí comienzan las dudas.
Además de medidas de empleo, reformas laborales y cuantos programas de empleo se pongan en marcha, que pueden en todo caso afectar al tipo de puestos de trabajo a cubrir o a la calidad del mismo, hacen falta medidas que reactiven la economía, porque solo las empresas rentables generan y mantienen el empleo.
No veo en el documento objetivos ni medidas que realmente muevan el balance de las empresas en términos de apoyo fiscal, de financiación empresarial, de reactivación del consumo, de apertura de mercados internacionales ni de apoyo a la innovación tecnológica. Seguro que el documento no es el lugar para ello, pero quizá entonces su título tampoco es adecuado, ya que las medidas que de verdad crean condiciones de empleo no están en el mismo.
Pero hay más. Poder crear condiciones de empleo no solo depende de lo que se decida en nuestro país. Por si no lo sabíamos ya, las decisiones importantes nos las marca Europa, y no solo por los fondos que ya no nos da cuando no hacemos lo que marca el eje franco-alemán, sino porque el mercado habla idiomas que van más allá incluso de las fronteras europeas.
Y además hay que pensar si es suficiente el plazo para la ejecución de la Estrategia. Pensar ahora que tres años son suficientes para superar el vacio de creación de puestos de trabajo que existe en España, es bastante más que optimista.
De lo que estoy seguro es de que algo más que el empleo va a cambier en estos próximos años. Quizá esté en juego mucho más: nuestra forma de vivir y de entender la vida, y no me gustaría que alguien nos la dictara publicandola en ruso o en chino en un futuro boletín oficial. 





martes, 15 de noviembre de 2011

La utilidad de un blog

Nos dió por escribir con una pluma de ave y después con una pluma estilográfica. Más tarde vino el bolígrafo y luego la máquina de escribir.
Nadie entonces pudo pensar que el ordenador, ojo, PERSONAL (es decir, para cada uno) pudiera desbancar el tac, tac, tac de las teclas y el papel de calco. Manchaba los dedos, sí, pero no me negueis que era entrañable y requería de una destreza de la que ahora carecemos: la de escribir bien A LA PRIMERA porque un error quedaba impreso para siempre. Y si lo corregías, la copia con su calco era testigo fiel del error por los siglos y siglos, amén.
Pero aún así, para hacer aún más útil este invento plano y cuadrado, surgió INTERNET, o la web, o la red, o www, eso va en gustos, y descubrimos que además de cuadrar balances y escribir textos serios, servía para comunicar al mundo que existíamos, aunque estuvieramos en un lugar remoto o en otro momento que el preciso instante en que alguien se acordaba de ti.
Aprendimos a dejar mensajes, a enviar todotipodefotos, todotipodevideos y casi se hizo, quién lo iba a decir, tan interesante como la tele.
Y así nació el BLOG. Para que cada cual hablara consigo mismo delante de la cosa cuadrada y plana, como si pensáramos que quienes nos rodean no fueran a escucharnos con suficiente atención y necesitáramos escribir lo último que se nos había ocurrido. O quizá algo importante que no queríamos olvidar. Quizá era la necesidad o simple voluntad de jugar a ser guionistas, periodistas, escritores, cuentistas, cronistas del momento,..... pero sin licencia. Como si estuviéramos demostrandonos  a nosotros mismos que sí podemos decir cosas nuevas e incluso interesantes.
No sé para qué sirve un BLOG. Sí sé que tiene su encanto. Como la pluma de ave. Como el papel de calco.

Aquí, Carlos.